La circulación se produce en un entorno complejo y continuamente cambiante. Es por ello que cuando conducimos un vehículo debemos estar siempre atentos a todo cuanto concierna a nuestra seguridad. Debemos controlar las distancias, observar, advertir a los demás de nuestras intenciones, atender a la señalización, prever lo que van a hacer los demás vehículos, los peatones, etc. Todas estas tareas de atención se pueden realizar cuando un conductor ya tiene dominio de los mandos del vehículo, puede arrancar y frenar, operar la palanca de cambios, el embrague, el pedal del acelerador y el del freno, girar a la derecha y a la izquierda, retroceder y avanzar, etc.
DEMASIADAS COSAS A LA VEZ ¿CIERTO?
Por tanto un conductor cualificado debe tener una serie de habilidades perceptivas y motoras que actuarán en conjunto a lo largo de su vida como conductor.
Es evidente que nadie nace sabiendo conducir y que a su paso por la autoescuela, una persona adquirirá una serie de conocimientos para controlar el vehículo, así como los conocimientos sobre la normativa. No cabe duda de que este aprendizaje es la materia prima y que poco a poco, con la experiencia el conductor será capaz de adaptarse a las situaciones de circulación complejas.
Pero…¿qué ocurre cuando un alumno sale de la autoescuela con esa materia prima pero todavía le quedan muchos kilómetros a recorrer para adquirir esa experiencia?
Durante esta etapa, en la que el conductor es novel, el alumno ya ha adquirido ciertos automatismos básicos de la conducción y ha convertido en automáticos o involuntarios determinados movimientos corporales o actos mentales, pero no todos los que exige la circulación. No es suficiente con saber controlar los mandos y llevar bien las marchas.
A mi parecer esta etapa puede resultar especialmente peligrosa ya que el alumno no está todavía preparado para percibir una situación (no ve las cosas a tiempo), interpretarla y evaluarla (no se ha enfrentado solo a muchas situaciones peligrosas). No puede tomar una decisión adecuada y ejecutarla en el menor tiempo posible (no puede responder tan rápidamente). Cosas que haría fácilmente un conductor habitual.
Así que mis queridos “novel”, os voy a proporcionar unos consejos para que esta primera etapa sea más corta y os puedo garantizar que si los seguís con atención en muy poco tiempo llegaréis a ser muy buenos conductores y tendréis el privilegio de incrementar la seguridad en nuestras carreteras.
Debemos aplicar 3 principios básicos:
Visión
– Mirar a lo lejos, no debemos mirar sólo al vehículo de delante sino que debemos mirar mínimo a los 5 coches que nos preceden, esto dentro de poblado. Si circulamos por carretera deberíamos mirar unos 400m. a lo lejos y en autopista o autovía unos 600m. mínimo. Nuestra capacidad de visión tiene limitaciones así que debéis entrenarla, podéis ir probando cuánto a lo lejos podríais llegar a ver en línea recta desde vuestro vehículo. Con esta técnica se consigue ver antes las situaciones de peligro, evitar frenazos y alcanzar por detrás a otros vehículos (el que da por detrás paga, ya lo sabéis).
– Mirar a los lados directamente, observar por los retrovisores exteriores y girar la cabeza. Esto lo realizaremos sobre todo dentro de poblado, sólo así podremos ver a los peatones, ciclistas, coches aparcados que abren puertas, motos que circulan a nuestro lado, etc.
– Cada vez que señalizamos con un intermitente debemos mirar por los espejos retrovisores, es decir, si pongo intermitente derecho mirar retrovisor derecho y si es el intermitente izquierdo mirar retrovisor izquierdo. Y si se trata de una incorporación, un cambio de carril o una glorieta deberemos siempre girar la cabeza para mirar.
– Antes de frenar, sobre todo si son frenadas fuertes o inesperadas, debemos mirar todos los espejos retrovisores.
Anticipación
Para mi es la parte más importante, anticiparse es hacer que una cosa ocurra antes. Debemos reaccionar antes de tiempo.
Actuar antes de tiempo o no hacerlo es la diferencia entre tener el accidente y no tenerlo.
Y aquí es donde más problemas tienen los conductores novel.
– Sí sabemos que ante una glorieta, un paso de peatones, un stop, ceda o semáforo se tiene que reducir la velocidad porque no tenemos preferencia de paso, o buscamos sitio para parar o estacionar ¡no esperéis al último momento! ¡hay que frenar y reducir de marcha mucho antes de llegar a dicho lugar !. Es mejor quedarse muy lento antes de llegar a un punto y tener que volver a acelerar un poco que llegar dando un frenazo. Y los de detrás deben reducir también su velocidad.
– Debemos estar siempre preparados para actuar, esto se consigue si ante cualquier situación desfavorable ponemos el pie frente al pedal de freno, aunque después no lo utilicemos. La cuestión es estar preparado para frenar tan pronto como haga falta, si al final no fue necesario frenar volvemos a coger el acelerador. Con esta actuación podemos evitar el accidente.
– Debemos pensar de forma desconfiada (por ejemplo, pensar que ese coche que se acerca a toda velocidad se saltará el stop, o que ese peatón que va hablando por el móvil va cruzar con su semáforo en rojo) de esta forma nada nos cogerá por sorpresa.
– Debemos adaptar la velocidad a las circunstancias, controlar siempre el acelerador en carreteras con curvas, mojadas o en mal estado, al salir de las glorietas y en lugares peligrosos. ¡En estas situaciones no podemos utilizar nunca el acelerador a tope!
– Y por último, hacerse ver y entender, es fundamental indicar siempre con los intermitentes cualquier maniobra o movimiento, por simple que nos parezcan. Lo ideal sería, que al principio, hicierais el esfuerzo por ponerlos, al final esto se automatiza y después de un tiempo ya lo haremos automáticamente, sin pensarlo y sin darnos cuenta.
Espacio
La gestión del espacio alrededor de todo el vehículo, tanto durante la conducción como en parado proporciona un margen de actuación y seguridad suficiente ante cualquier imprevisto.
– Circulando guardaremos siempre una distancia mínima con el vehículo de delante de 2 segundos. Esto quiere decir que si él llega a una glorieta, semáforo, señal, etc. nosotros debemos llegar 2 segundos detrás de éste. Si lo hacemos antes de este tiempo circulamos demasiado cerca.
– Siempre debemos ver cómo las ruedas traseras del vehículo de delante tocan el suelo, y todavía mejor si vemos todas las ruedas y un trozo de vía delante de nosotros.
– Para controlar el espacio trasero circulando frenaremos con tiempo y progresivamente. Y estando detenidos permaneceremos alerta atrás y preparados para salir.
– Con el espacio lateral debemos tener mucho cuidado y controlarlo siempre ya que es por dónde nos pueden invadir motos, ciclistas, peatones o que la puerta de otro coche se abra de repente.
El conductor novel debe estar siempre alerta ya que en muchas ocasiones no detecta los riesgos correctamente, porque no sabe dónde buscarlos y porque desconoce su existencia, ya que no tiene experiencia. O si los detecta de forma correcta no sabe cómo actuar ante ellos. Con estos consejos de hoy se pueden anticipar y prevenir las situaciones de peligro y actuar con tiempo, evitando frenazos y acelerones, ganado en seguridad y en consumo de combustible.
No hace falta ser “Fernando Alonso”, sino simplemente tener ciertos conocimientos, sentido común, ser conscientes y estar motivados para circular de manera segura.
Un saludo para todos, sed felices y buenos conductores.
Autoescuela en Gandía El Punt
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