Estefanía es una chica de lo más normal. Durante muchos años nunca se había llegado a plantear convertirse en conductora. Pero a los 43 años eso cambió, se apuntó a El Punt Autoescuela Gandia y, a la primera consiguió su flamante permiso de conducción. Pero, para ella, ahí era donde había empezado el problema.
No es un caso atípico. Un coche diferente, a menudo el de un familiar o amigo, con un tacto diferente, gasolina en vez de diésel, etc. Y, sobre todo, la desaparición de esa figura salvadora con un omnipotente doble mando.
La suma de muchas inseguridades, añadiéndole algunos errores tontos en sus primeras salidas con la L, provocaron en Estefanía una especie de neurosis, que su autoestima baje, un miedo a conducir insalvable. En los peores casos, desembocando en un cuadro de amaxofobia.
Pero, ¿cómo puede nuestra amiga superar el miedo a ponerse a los mandos de un vehículo? ¡Muy fácil! A través de nuestro proyecto El Punt Dones… aprenderás a decir “Yo conduzco, yo decido”. Te ayudaremos a recuperar tu punto de confianza en ti misma y de autoestima.
En primer lugar, como comentábamos, es muy importante ganar en seguridad. El primer día puedes dirigirte a una zona cuanto más desierta mejor, donde puedas adaptarte a tu nuevo coche sin tener que estar pendiente del tráfico. Practica las salidas, primero en llano luego en pendiente; los cambios de marcha, estacionamientos… Durante el proceso, consigue que tus acompañantes no te atosiguen, que no intenten hacer valor sus costumbres adquiridas por delante de lo que te ha enseñado tu profesor.
Sigue practicando tranquilamente hasta que automatices la conducción de tu coche. Llegará un momento en que no necesitarás prestar atención a tus pies y manos para manejar los mandos. Dejarás de pensar en lo que tienes que hacer tú, y te centrarás únicamente en lo que tiene que hacer el vehículo. Ese es el momento en que podrás empezar a moverte por carreteras convencionales.
Empieza por salir en momentos de poco tráfico, date una vuelta por una carretera nacional o autonómica. Te estarás familiarizando con el comportamiento de tu nuevo transporte sin tener que preocuparte por los infinitos detalles de la conducción en poblado: sin pasos de cebra, sin demasiados semáforos, calles estrechas con coches aparcando y desaparcando. Incluso cuando te sientas con fuerzas, puedes coger alguna autovía o autopista tranquila.
Cuando tu embrague y tú seáis uña y carne, podrás meterte en el meollo de la ciudad. Ver los peatones a puntos de cruzar no será un problema ahora que controlas el coche no te controla a ti sino al revés. Callejea, aparca y desaparca, entra a rotondas, detente en stops complicado… ya estarás circulando.
Aunque al principio seguramente querrás alterar tu ruta para evitar lugares complicados, no lo hagas durante demasiado tiempo. Es más, cuando te sientas preparada, ve tú misma a buscar lugares complicados. Evitar los lugares complicados no te permitirá mejorar. Todo lo contrario, hará que el miedo se apodere de ti cuando te veas obligada a ir; justo lo que pretendemos evitar.
Con estos consejos y con la ayuda de nuestro proyecto de El Punt Dones, Estefanía es ya una conductora de primera. Este testimonio nos sirve para lanzar un mensaje a todas las mujeres que se encuentran en una situación similar.
No te preocupe cometer errores. No te desanimes si se te cala el motor al salir de un semáforo. No te juzgues por eso. Ignora a los que tengan el pito fácil 😉 Simplemente, tómalo como experiencia para mejorar.
Al final, serás una excelente conductora. No te olvides de venir a contárnoslo. Eso sí, no lo olvides nunca, ante todo circula seguro.
No Responses
You must be logged in to post a comment.